Según la investigación internacional, el apoyo presidencial suele subir al final de los mandatos, ya que los gobernantes dejan de ser el centro de atención y las críticas. En ese sentido, el Presidente Sebastián Piñera es una de las excepciones a ese patrón, pues, si bien logró revertir parcialmente sus resultados en las encuestas, terminó como el Mandatario con la popularidad más baja (24%, Cadem) desde el regreso a la democracia.
Michelle Bachelet I (2006-2010) y Ricardo Lagos (2000-2006) tuvieron comienzos difíciles, pero terminaron con su aprobación al alza, registrando sus mejores cifras de evaluación hacia el final. Sin duda, enfrentaron crisis en contextos sociales menos álgidos que Piñera, pero su lectura y manejo de ellos les permitió consolidar su posición. Bachelet dejó el gobierno con 84% de aprobación (Adimark), pese a que durante el último año de su ejercicio se vivió una recesión económica producto de la crisis financiera internacional, en gran medida gracias a su estrategia de crear una red de protección social.
Lagos fue el segundo Presidente en salir de La Moneda con mayor de popularidad (71%, UDP). Tras dos años de lento crecimiento económico y el escándalo que provocó el caso MOP-Gate, consiguió un fuerte repunte al final de su gobierno, apuntalado por el crecimiento económico.
En tercer lugar, aparece Patricio Aylwin (1990-1994). El Presidente de la transición, quien debió enfrentar dos asonadas del Ejército y convivir con Augusto Pinochet como comandante en jefe del Ejército, a cuatro meses de terminar su ejercicio, contó con una aprobación de 51% (CEP).
A diferencia de su segundo mandato, en su primer gobierno, Piñera (2010-2014) logró terminar con una aprobación de 50% (Adimark), que se explica por una importante alza durante 2013 sostenida por una fuerte creación de nuevos empleos.
Entre los que no pudieron finalizar con una aprobación superior a 50%, estuvo Bachelet 2 (2010-2014). La Mandataria cerró su mandato con una aprobación de 39% (Cadem). En su segundo periodo, Bachelet debió enfrentar el caso Caval -que atacó la médula de su capital de confianza- y llegó a tener una aprobación de sólo 18% durante 2016.
Hacia el final de la lista de mandatarios que terminaron con baja aprobación se encuentra Eduardo Frei (1994-2000), quien dejó de La Moneda con aprobación de 28% (CEP). La crisis asiática de 1999 provocó la primera recesión económica desde 1985, poniendo término a los años dorados de la economía chilena. A diferencia de otros mandatorios, Frei enfrentó la crisis en el último año de su gobierno.
Piñera II tuvo que lidiar con una pandemia, una fuerte contracción económica y un estallido social. Su lectura de éste, sus intervenciones públicas y su estrategia concentrada en el combate al Covid, incluso logrando un eficiente proceso de vacunación, no fueron suficientes para lograr lo que hicieron previamente sus antecesores.