Durante los últimos diez años, la economía de plataformas ha adquirido una presencia significativa en el mercado laboral chileno. Aunque inicialmente asociada a aplicaciones de transporte y entrega de comida, esta forma de empleo se ha expandido a diversas actividades como la venta de bienes, prestación de servicios, creación de contenido y comercio informal a través de redes sociales. La pandemia de COVID-19 aceleró esta transición hacia el trabajo digital, promovida por el confinamiento, la necesidad de ingresos alternativos y el crecimiento del comercio electrónico.
No obstante, el trabajo en plataformas digitales ha estado rodeado de incertidumbre: hasta hace poco, las estadísticas oficiales no permitían estimar con precisión cuántas personas trabajaban en este sector, cuáles eran sus condiciones laborales ni cuán estable era esta forma de empleo. Recientemente, el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) incorporó una serie experimental de preguntas sobre empleo en plataformas digitales dentro de la Encuesta Nacional de Empleo (ENE), lo que ha permitido caracterizar por primera vez a este grupo de trabajadores (Fuentes & González 2022).
Este policy brief presenta los principales hallazgos de un estudio longitudinal que analiza las trayectorias laborales de los trabajadores de plataformas digitales en Chile entre 2021 y 2024 (Fuentes & González 2025), y los complementa con datos descriptivos actualizados al primer trimestre de 2025, que permiten caracterizar la evolución reciente del sector, siguiendo nuestro análisis previo (Fuentes & González 2022).
Los datos muestran que el trabajo en plataformas digitales está creciendo rápidamente en Chile, en parte porque ofrece una salida laboral en contextos de mayor desempleo. Sin embargo, también evidencian que este tipo de empleo es inestable: la mayoría de quienes trabaja allí lo hace solo por un trimestre, y luego transita hacia otros empleos o vuelve al desempleo. Además, observamos que son principalmente mujeres y personas con educación superior quienes usan este tipo de trabajos como puente, ya sea para reinsertarse o mantenerse activas mientras buscan empleo. Todo esto sugiere que las plataformas funcionan más como una opción temporal que como una alternativa laboral estable.
Además, el estudio aporta al debate conceptual sobre trayectorias laborales en mercados segmentados, mostrando que la gig economy chilena opera más como un espacio de “salida rápida y retorno frecuente” que como una alternativa laboral estable.
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