En un mes más, tendrá lugar otra elección inédita en la historia política de nuestro país: la elección de miembros de la Convención Constituyente, cuya labor será nada menos que la redacción de la nueva Constitución.
Por su trascendencia, esta elección demanda que los ciudadanos estén adecuadamente informados y que acudan a las urnas. Los datos muestran que el consumo de información y la participación en elecciones están relacionados. Por ejemplo, un análisis de una encuesta que realizó el Laboratorio de Encuestas y Análisis Social (LEAS) de la UAI durante la última semana de campaña del plebiscito, mostraba que mientras más información consumían los encuestados, prioritariamente por televisión o Internet, más probable era que declararan que votarían en el plebiscito. Esa relación prevalecía incluso considerando la influencia de factores sociodemográficos. Esta asociación es relevante de considerar ad-portas del inicio de la franja electoral televisiva.
Por otro lado, la canasta informativa de las audiencias es hoy más diversa y segmentada por grupos etarios que como era en el pasado. De acuerdo con lo reportado por los encuestados por LEAS en octubre pasado, la franja televisiva fue relevante como fuente de información sobre el plebiscito, sin embargo, no fue la única ni la más importante para ciertos grupos de la población. De hecho, las principales fuentes de información sobre el plebiscito entre los menores de 35 años -cuya participación en las urnas fue notoria- fueron Facebook e Instagram. Ello supone una oportunidad importante para que los candidatos independientes, que cuentan con un espacio muy limitado en la franja televisiva, puedan dar a conocer el proyecto de país que quieren plasmar en la Constitución. Y también es relevante en el momento actual de la pandemia (79% de los chilenos estuvieron en cuarentena el fin de semana pasado).
En cuanto a la participación en las elecciones de abril, hay mucha incertidumbre. Por una parte, todavía no se aprueba la votación en dos días. Si se aprobara, la participación podría crecer en el margen. Por otra parte, al igual que el plebiscito de octubre, la contienda electoral se llevará a cabo en pandemia, que por estos días golpea con más fuerza al país que entonces. Ello podría afectar la decisión de ir a votar. De hecho, la participación en el plebiscito fue más baja en comunas en cuarentena y que cuentan con alta proporción de personas mayores, comparada con la participación en las elecciones presidenciales de 2017. Sin embargo, el notable progreso del proceso de vacunación podría atenuar ese riesgo.
En suma, toda elección -y particularmente la de convencionales- exige ciudadanos adecuadamente informados y participación. Las redes sociales contribuyen a incentivar la intención de votar y a crear espacios para las nuevas voces que disputan un cupo en la redacción de la nueva Constitución. En esa perspectiva, ellas ayudan a fortalecer la tan alicaída conexión de los ciudadanos y la política en Chile.