En una entrada previa, decíamos que la confianza de los adolescentes en las noticias en medios tradicionales tiende a ser más alta que en las noticias de las plataformas digitales, lo que puede resultar paradójico toda vez que los jóvenes no tienden a consumir medios tradicionales, al menos directamente (en otra entrada anterior veíamos que sí hay mucho consumo incidental de tales medios). Eso a nivel agregado. En tanto, a nivel individual, decíamos también que esta paradoja tiende a desaparecer, ya que los escolares tienden a utilizar con más frecuencia los medios y plataformas en que más confían.
Esto significa que hay una parte importante de jóvenes que dicen confiar en medios que no consumen o que no lo hacen con mucha frecuencia. ¿Cómo podría explicarse? En esta entrada, sugerimos dos posibles explicaciones: una tiene que ver con la confianza en los periodistas y la otra con la verificación de información o fact-checking. Para profundizar en estas explicaciones, haremos uso de los componentes cuantitativos y cualitativos del estudio “Flujos de curatoría informativa en adolescentes”, llevado a cabo por la Escuela de Comunicaciones y Periodismo de la UAI y financiado por ANID (PLU190014).
El primer punto tiene que ver con la confianza de los adolescentes en los periodistas. La encuesta aplicada a 2.684 adolescentes –con edades entre 14 y 17 años y provenientes de establecimientos educacionales seleccionados al azar de la regiones Metropolitana y Valparaíso– durante el primer semestre de 2021 incluye la pregunta “¿Cuánto confía en los siguientes grupos?” y uno de esos grupos son los “Periodistas”. Un 45% de los escolares encuestados dijo “confiar completamente” o “confiar algo” en los periodistas. Es poco si comparamos con el porcentaje de estudiantes que dice “confiar completamente” o “confiar algo” en los científicos, doctores y expertos (75%) y mucho si comparamos con la confianza en la gente famosa que sigue en redes sociales (YouTuber, Influencer, etc.) que consiguen un 22% de confianza solamente. Por cierto, la confianza de los adolescentes en los periodistas es mucho mayor que en las personas que conoce por primera vez (8%) y en los vecinos (25%), aunque inferior a la confianza de ellos en la gente que conoce personalmente (74%) y en la familia propia (90%), que habíamos visto en una entrada anterior.
En esta perspectiva, la confianza en los periodistas parece relativamente alta, sobre todo frente a la curatoría que hacen otras personas, como influencers y YouTubers, algo muy propio de las plataformas digitales. En cambio, en los medios tradicionales, quienes realizan la curatoría de noticias son periodistas, siguiendo criterios propios de su profesión. En ese sentido, la confianza que se tiene en ellos puede ayudar a comprender por qué justamente la televisión, radios, y diarios o revistas son los medios en los que más confían los adolescentes, pese a que no son los más consumidos por este segmento.
El segundo punto tiene relación con la verificación de información. En una entrada anterior, vimos que en el proceso de búsqueda de la “verdad” sobre una noticia, los adolescentes efectuaban una triangulación de información de distintas fuentes. Por ejemplo, se enteran de una noticia al ingresar a una red social (55% nombró esta como una forma de acceso a la noticia más reciente), pero luego chequean la información en el portal o perfil de un medio tradicional. En los resultados cualitativos del estudio antes citado, podemos profundizar en los canales por donde se realiza ese chequeo: este ocurre con frecuencia en medios tradicionales, como evidencian las citas a continuación.
La que más veo es Instagram, con un uso promedio de 6 horas. También lo uso para informarme. En Instagram sigo a canales de noticias, como Mega o Tele13. Ahora estoy en Villarrica entonces sigo a “Villarrica al Día”, de ahí me informo de la cuarentena y la fase en la que está en la comuna” (Mujer, RM, colegio particular privado).
Sí, (sigo a) Meganoticias, Chilevisión o Valparaíso Informa, ese tipo de cuentas” (Mujer, V región, colegio particular privado).
Cuando de información se trata, yo sigo al Meganoticias que es el más confiable. No sigo a ningún otro medio ya que es probable que haya fake news” (Hombre, RM, colegio municipal).
Estos testimonios de recurrir a los medios tradicionales como forma de verificación calza con que un 60% de los jóvenes encuestados reportó haber accedido a la noticia más reciente que recuerdan por televisión u otros medios tradicionales (ver entrada anterior), sin perjuicio de que además accedan a ellas por otros medios. De hecho, en promedio los jóvenes accedían a la noticia más reciente por 2,9 medios distintos.
Tal vez esta verificación por fuentes tradicionales específicas podría describirse como una nueva forma de consumo incidental: en la medida que se accede a estas fuentes solo para corroborar noticias puntuales (por ejemplo, ingresando al perfil de una radio para verificar la fase del Plan Paso a Paso en que está su comuna), los jóvenes reportan consumirlos poco cuando se les pregunta sobre su frecuencia de consumo de noticias por tales medios, pero aun así confían bastante en los periodistas que generan el contenido en esos portales.
Las dos explicaciones que planteamos acá, que se basan en una integración de resultados cualitativos y cuantitativos del estudio adjunto a esta entrada, son complementarias entre sí. En esa perspectiva, proveen una nueva dimensión de lo que significa el consumo incidental que vale la pena explorar con mayor rigurosidad a futuro. Por cierto, pueden haber explicaciones alternativas que nos permitan comprender la aparente paradoja de que una parte importante de los jóvenes expresa bastante confianza en medios que, sin embargo, no reportan consumir con mucha frecuencia.