Tal como decíamos en una entrada anterior, la confianza en los medios es una pieza clave en la constitución de una ciudadanía informada y de historias compartidas entre la población, lo que permite sostener una idea compartida de “lo público”. Si antes revisamos la evolución histórica de la confianza en medios, identificando un sostenido descenso, ahora nos vamos a detener en las diferencias entre la confianza que depositan los chilenos en distintos tipos de medios, en el contexto previo al plebiscito de salida por una Nueva Constitución, donde se habría esperado que los chilenos se unieran en torno a un relato compartido de lo que desean para el futuro del país.
En esta entrada, describiremos la confianza que las personas en Chile depositan en medios tradicionales y digitales, utilizando datos de una encuesta que se aplicó a mil personas adultas, seleccionadas al azar, entre el 22 de abril y el 9 de mayo de 2022. Para medir confianza en medios, utilizamos una escala de 0 a 10, en que 0 significa que “desconfía totalmente” y 10 significa que “confía totalmente”. Acá reportamos los promedios de las respuestas entregadas por las personas de cada categoría sociodemográfica. Antes, sin embargo, observemos los promedios de confianza generales por medio, que permiten destacar por una parte que los medios en los que más se confía son las radios nacionales, los medios comunales o regionales, y los diarios. Por otro lado, la confianza promedio más baja la encontramos en los matinales de televisión, seguidos de cerca por las redes sociales. En general, entonces, los medios tradicionales –a excepción de los matinales, que podríamos decir tienen rasgos distintivos de “infotainment” en contraste a otros medios más puramente noticiosos– aún son depositarios de mayor confianza que las redes sociales. En el caso de estas últimas parece haber más conciencia de que, como emergió en un estudio cualitativo realizado previo a la encuesta, la apertura de las redes permite que cualquier persona publique contenido no necesariamente confiable.
Ahora, pasamos a describir los niveles de confianza según cuatro importantes variables de agrupación sociodemográfica: género, grupo etario, nivel educacional, y región (RM en comparación con las otras regiones del país). Además, veremos si hay diferencias en el nivel de confianza en medios según la intención de voto de los encuestados en el plebiscito de salida de septiembre de este año.
Por género, llama la atención que en promedio las mujeres depositan mayor confianza en casi todos los medios, en comparación con los hombres. Partiendo por la televisión, las mujeres tienden a confiar más en los noticieros de televisión que los hombres en promedio (4,6 y 4,2, respectivamente). En el caso de los matinales de televisión, las mujeres tienden a confiar mucho más que los hombres en promedio (4,2 y 3,4, respectivamente). Tal como en los programas de televisión antes descritos, hay diferencias por género en la confianza en las radios nacionales: las mujeres tienden a confiar algo más que los hombres en promedio (6,5 y 6,2, respectivamente). Por su parte, en cuanto a los medios comunales o regionales, las mujeres tienden a confiar algo más que los hombres en promedio (6,1 y 5,6, respectivamente). En el caso de los diarios, las mujeres también tienden a confiar mucho más que los hombres en promedio (5,6 y 5, respectivamente).
Pasando a los medios exclusivamente digitales, y a diferencia de los medios ya citados, no hay diferencias por género en la confianza en los medios que aparecen únicamente en Internet. De la misma forma, no hay diferencias por género en la confianza en las redes sociales como Facebook, Twitter, Instagram o TikTok. Por último, en cuanto a la confianza en la información que las personas reciben por medio de las aplicaciones de mensajería como WhatsApp, las mujeres tienden a confiar algo más que los hombres en promedio (4,8 y 4,4, respectivamente). En suma, cuando hay diferencias por género en la confianza promedio, vemos que son las mujeres las que confían más.
Al separar a la población en grupos de edad, vemos también algunas diferencias interesantes. Las personas jóvenes, de 34 años o menos, tienden a confiar más que los grupos mayores en los medios que aparecen únicamente en internet. El promedio en el grupo de 18 a 34 es de 4,7, mayor que el de las personas de 35 y 54 años (4,4) y 55 años o más (4,2). Lo mismo ocurre en el caso de los medios locales: tiende a haber menos confianza en las personas de 35 y 54 años (5,7) y 55 años o más (5,7) que entre los jóvenes de 34 años o menos (6,2). De igual forma, la confianza en los diarios tiende a ser mayor en las personas de 34 años o menos (5,9) que en las personas entre 35 y 54 años (5,4) y 55 años o más (4,4). A la inversa, el grupo más joven tiende a confiar menos en Whatsapp (promedio 3,9) que las personas entre 35 y 54 años (4,7), y las personas de 55 años o más son quienes más confían (5,5). En el caso de otras redes sociales, los noticieros, y los matinales no se aprecian diferencias significativas por grupos de edad.
En el caso de nivel educacional, agrupamos a los encuestados en dos grandes grupos: quienes pasaron por la educación terciaria, como el grupo de mayor educación, y quienes tienen educación media o menos. Hay algunas diferencias significativas entre estos dos grupos, que en la mayoría de los casos van en la dirección de una menor confianza en el grupo de mayor educación. Comenzando por el caso de los matinales, quienes alcanzaron educación media completa o niveles más bajos confían más en los matinales que las personas que pasaron por la educación terciaria (4 y 3,5, respectivamente). Para los noticieros, el otro tipo de programación televisiva evaluado, si bien es cierto quienes pasaron por la educación terciaria tienden a desconfiar algo menos en los noticieros que quienes tienen educación media o menos, la diferencia en los promedios no es significativa (4,3 y 4,3, respectivamente). De igual forma, para los medios locales y los diarios no hay diferencias significativas en la confianza promedio por nivel educacional.
Donde sí hay diferencias importantes por nivel educacional es en la información recibida por Whatsapp; quienes alcanzaron educación media completa o niveles más bajos tienden a confiar mucho más en la información de esta aplicación de mensajería que las personas que pasaron por la educación terciaria (5 y 3,8, respectivamente). Diferencias más pequeñas pero aun así significativas, se observan en el caso de las radios nacionales: el grupo con menos educación tiende a confiar más en las radios nacionales que las personas que pasaron por la educación terciaria (6,5 y 6,2, respectivamente), aunque la confianza en ambos grupos es relativamente alta si se compara con otros promedios. Quienes alcanzaron educación media completa o niveles más bajos tienden a confiar más también en la información de las redes sociales que las personas que pasaron por la educación terciaria (4,2 y 3,8, respectivamente). La excepción a esta tendencia de que el grupo de mayor educación confía menos en los medios se observa en los medios que aparecen únicamente en internet: quienes alcanzaron educación media completa o niveles más bajos tienden a confiar menos en ellos que las personas que pasaron por la educación terciaria (4,3 y 4,7, respectivamente).
Distinguiendo entre los habitantes de la región Metropolitana y otras regiones del país, vemos diferencias significativas en tres tipos de medios. Primero, quienes viven en la región Metropolitana tienden a confiar menos en los medios locales que las personas que viven en otras regiones del país (5,4 y 6,2, respectivamente), como cabría de esperar. Segundo, y en la misma dirección, quienes viven en la región Metropolitana tienden a confiar menos en los diarios que las personas que viven en otras regiones del país (5 y 5,5, respectivamente). Finalmente, quienes viven en la región Metropolitana tienden a confiar más en los medios que aparecen únicamente en Internet que las personas que viven en otras regiones del país (4,6 y 4,3, respectivamente). En los demás tipos de medios (redes sociales, whatsapp, televisión y radio) no se observan diferencias significativas en los promedios de estos dos grupos.
Por último, en lo que refiere a la preferencia en el plebiscito de salida, no hay diferencias estadísticamente significativas en la confianza que depositan en los noticiarios de televisión. En el caso de los matinales, quienes votarían rechazo desconfían más de este tipo de programas que los indecisos (3,6 y 4, respectivamente) y que quienes votarían apruebo (3,9). En cambio, quienes votarían rechazo confían más que los otros grupos en las radios: quienes votarían rechazo confían más en las radios (6,8) que los indecisos (6,2) y que quienes votarían apruebo (6,1). También hay diferencias significativas en esa dirección en el caso de los diarios: quienes votarían rechazo confían más en los diarios (5,8) que los indecisos (5,4) y quienes votarían apruebo, quienes por lejos confían menos en los diarios (4,7). En el caso de medios locales, quienes votarían rechazo confían algo menos en los medios comunales y regionales que los indecisos y que quienes votarían apruebo, aunque la diferencia no es estadísticamente significativa (5,6, 6,1 y 5,9, respectivamente).
Pasando a medios de información digitales, quienes votarían apruebo en el plebiscito de salida confían algo menos en la información de WhatsApp que los indecisos y que quienes votarían rechazo (4,1, 4,9 y 4,8, respectivamente). Algo similar ocurre en el caso de los medios que aparecen solo en Internet: quienes votarían rechazo confían algo más en los medios que los indecisos y que quienes votarían apruebo, aunque la diferencia no es estadísticamente significativa (4,4, 4,6 y 4,4, respectivamente). Tampoco hay diferencias estadísticamente significativas de confianza en redes sociales por preferencia en el plebiscito de salida.
En esta entrada, vimos que en general la confianza depositada en los medios tradicionales sigue siendo mayor que aquella en los medios de Internet y las redes sociales. Los medios que gozan de mayor confianza son las radios, los medios comunales o regionales, y los diarios, todos ellos con un promedio sobre 5. La televisión, en cambio, tiene niveles de confianza menores y similares a los de medios digitales. En promedio, tienden a confiar más las personas de menor educación, del grupo de edad más joven, y las mujeres. En el caso de la posición en el plebiscito de salida, vimos que los partidarios del rechazo tienden a confiar más en los medios que los indecisos o quienes apoyan el apruebo (con la excepción de los matinales y los medios locales). En otra entrada, veíamos que estos factores sociodemográficos también están asociados con el consumo informativo en torno al plebiscito, y los datos de confianza que revisamos acá podrían influir en cómo las personas procesan la información en torno al plebiscito y, en consecuencia, la posibilidad de construir relatos compartidos que cohesionen a la población en lugar de polarizar. En próximas entradas, abordaremos más en detalle la polarización que se asocia con este consumo de información sobre el plebiscito en distintos medios.