En una entrada anterior, analizamos la apertura hacia la inmigración de las personas en Chile. Las cifras, recogidas en el Proyecto Valores en Crisis «durante la pandemia», esto es, cuando había cuarentenas y toques de queda, indican que 46% estaría de acuerdo con ciertos grados de apertura y 54% estaría de acuerdo con fuertes limitaciones a la cantidad de inmigrantes que recibe Chile. Esto significa que las opiniones sobre esta apertura estarían polarizadas.
También, vimos que la polarización de esta opinión estaba asociada a los ingresos de los hogares, ya que quienes pertenecen al cuartil de ingresos más alto están más abiertos a la migración que los grupos socioeconómicos más bajos.
Hay otra fuente de polarización de estas opiniones, más evidente que los ingresos: la posición política.1 El gráfico a continuación muestra cómo se distribuyen las posturas hacia la inmigración según la posición política reportada por las personas encuestadas: mientras que en las personas identificadas con el centro y la derecha un 9 y 8%, respectivamente, de los encuestados desea que se permita venir a quien quiera, esta proporción alcanza 19% para las personas identificadas con la izquierda. Al mismo tiempo, es en las personas identificadas con el centro y la derecha donde se concentran más personas a favor de los límites estrictos (51 y 48%, respectivamente), comparado con 39% de las personas identificadas con la izquierda.
En suma, hay polarización ideológica en la población en cuanto a la apertura hacia la inmigración. Quienes se identifican con la izquierda están más abiertos a la migración que las personas identificadas con el centro y la derecha, quienes presentan actitudes similares (en términos estadísticos). Más aún, las diferencias políticas no son sólo significativas estadísticamente, también lo son incluso controlando por factores sociodemográficos, como se señala en el documento adjunto, y de una magnitud tal que supera a la del resto de los otros sociodemográficos.
Los candidatos presidenciales han ido colocando distintos énfasis en el tema de la inmigración, desde posturas a favor de cerrar las fronteras, pasando por rechazar las expulsiones e incluso llegando a proponer que migrantes en situación irregular puedan postular a viviendas sociales. En el contexto electoral, parece razonable que los candidatos que apuntan a capturar el centro y la derecha endurezcan sus discursos sobre la migración y que quienes disputan el voto de izquierda se muestren más abiertos. Sin perjuicio de ello, sería bueno tener en cuenta que incluso entre los identificados con la izquierda existe una proporción sustancial que se ubica a favor de límites más estrictos, y que cualquier candidato que resulte electo deberá lidiar tanto con la inmigración como con las aprehensiones de la población chilena al respecto.